El Ascenso de la Alicornio Amarilla: Un Cuento de Magia, Ambición y Renacimiento

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En los confines de Equestria, en un valle donde la magia danzaba libremente, vivía una unicornio llamada Sunstone. Su pelaje amarillo brillante contrastaba con su melena oscura como la noche, adornada con un corte elegante que demostraba su atención al detalle y su gusto por lo estético. Su Cutie Mark, un espiral hipnótico, era el reflejo de su ambición sin límites y su talento para la manipulación mágica. Sunstone no se conformaba con su vida de unicornio promedio; ansiaba el poder, la gloria y el estatus de las alicornios, las regentes divinas de Equestria.
Sunstone había descubierto un antiguo tomo prohibido en las profundidades de la biblioteca de Canterlot. El libro detallaba rituales arcanos, algunos tan perversos que hicieron temblar su crin. Pero entre las páginas oscuras, encontró una técnica, un proceso macabro y prohibido: la absorción vaginal mágica, una forma de 'renacimiento' en el cual uno podría despojar a otra criatura de su magia y esencia vital, absorbiéndolas dentro de su propio ser para ascender a un estado superior.
El objetivo elegido de Sunstone era Nightshade, un alicornio macho de reputación oscura. Antiguo guerrero caído en desgracia, su cuerno roto era el símbolo de su declive y de una magia que ya no controlaba como antes. Su Cutie Mark, un par de cuervos en picada, reflejaba su historia de deshonra y el oscuro sendero que alguna vez recorrió. Sunstone lo había atraído a su morada con promesas de redención, de curación para su cuerno y consuelo para su alma atormentada. Él, ingenuo o desesperado, había aceptado.
En la intimidad de su habitación, Sunstone reveló sus verdaderas intenciones. Dos camas adornaban el lugar, una con un plato de naranjas frescas, y una figura de acción de Nightmare Moon, el reflejo de sus ambiciones más oscuras. Con una frialdad que contrastaba con su apariencia radiante, ella atacó. Su cuerno se iluminó con una magia opresiva, envolviendo a Nightshade en una jaula invisible.
"¡Ven aquí, vago trasero azul!" exclamó Sunstone, su voz goteando veneno y poder. Nightshade, comprendiendo el horror de su situación, gritó: "¿Qué? ¡No!" Pero era demasiado tarde. La magia de Sunstone era implacable, doblegando su voluntad y sometiéndolo a su control.
"¡Eres mío!", siseó Sunstone, su mirada fija en el alicornio azul. Los ojos de Nightshade giraron en espiral, vacíos de voluntad, una marioneta en manos de la unicornio amarilla. En su mente, ahora controlada por Sunstone, luchaba con una desesperación silenciosa, impotente para resistir la invasión de su ser.
La espiral hipnótica de la Cutie Mark de Sunstone se reflejaba ahora en sus ojos, una ventana a su poder absoluto sobre Nightshade. Lentamente, bajo el influjo de la magia de la unicornio, Nightshade se acercó a la cama donde ella reposaba, movido por un deseo artificial.
Guiado por una compulsión irresistible, el alicornio se inclinó hacia la vagina de Sunstone. Dudó por un instante, su propia voluntad luchando en vano contra el control mágico. Pero la fuerza de Sunstone era abrumadora. Inició un lento acto de exploración y sumisión.
A medida que Nightshade comenzaba a entrar en ella, Sunstone soltó un gemido suave: "Ngh". La sensación, una mezcla de placer y triunfo, la inundó. El proceso había comenzado.
A medida que Nightshade se hundía más y más en su interior, Sunstone dejó escapar una serie de suspiros y gemidos de creciente intensidad: "Ah, hah, aaaaahhhhh, ooh". El cuerpo de la unicornio comenzaba a cambiar. Sentía como la magia robada se infundía en cada célula, expandiendo su ser a sus límites.
Una vez completada la absorción vaginal, Nightshade había desaparecido por completo dentro de Sunstone. Su vientre se hinchó de forma antinatural, conteniendo el poder robado y la esencia vital del alicornio azul. Pero el cambio más significativo ocurría en la propia Sunstone. Comenzaban a brotarle alas de pegaso de su lomo, brillantes y nacaradas, prometiendo el vuelo y un nuevo reino de poder.
La metamorfosis continuó implacable. El cuerno de Sunstone crecía, alargándose y volviéndose más poderoso, irradiando una energía pura y sin adulterar.
Sus pechos, sus glándulas mamarias, se hincharon y se volvieron exuberantes, preparados para nutrir una nueva vida, una nueva encarnación del poder robado. Sunstone se ponía de pie, a medida que el proceso de transformación continuaba desarrollándose. Sin embargo, ya no era una unicornio común.
Su forma se alargaba y refinaba, sus patas se extendían y se volvían elegantes, adquiriendo la gracia y la majestad de una alicornio. La transformación estaba casi completa. Ahora de pie en toda su gloria naciente como una nueva Alicornio, la mirada de Sunstone rebosaba de éxtasis puro. Un "hay, oh" escapó de sus labios mientras se regodeaba con su inminente reinado sobre todo Equestria.
Entonces, en un giro final e impactante, el cuerpo de Sunstone se sacudió con una contracción poderosa. Un pequeño cuerpo se abría paso por su vagina, bañándola en fluidos amnióticos. Había dado a luz, había parido no a una alicornio como ella esperaba, sino...
Del interior de Sunstone, del lugar que debería haber albergado un igual, emergió un pequeño poni, indefenso y tembloroso. El pequeño ser era una yegua sin cuerno ni alas. No quedaba rastro del alicornio Nightshade, solo esta potra inocente. La magia y la fuerza vital de Nightshade la habían alimentado durante la gestación en el útero de la unicornio, transformándolo, renaciéndolo en esta nueva forma.
Mientras Sunstone aún procesaba el milagro post parto, con el hedor dulzón del líquido placentario llenando el aire, su mirada se posó en la pequeña criatura mamando torpemente de sus ubres, absorbiendo su esencia nutriente con una inocencia brutal. Sonrió. Esto, de alguna manera, era aún mejor.
"Aaaaaaaaaahhhhhh", suspiró Sunstone, mientras acunaba a la potra entre sus patas. La había usado y transformado en este nuevo estado como una perversa y ambiciosa marioneta que ahora podría controlar libremente, un destino mucho peor de lo que nadie había planeado. Había alcanzado la Alicornitud a través de la transformación, un unbirthing violento que resultó en una resurrección macabra, pero había perdido algo por el camino, la pureza de su propia magia, pero había ganado a cambio el dominio absoluto.
Ahora, mientras la potra se alimentaba con deleite de su esencia vital, la ahora alicornio observó y sonrió. Su ascenso al poder había sido completo, no como una conquistadora, sino como una madre, una matriarca que nutriría a Equestria a su propia imagen corrupta. Su reinado comenzaría ahora, en la matriz oscura de su propia ambición retorcida, mientras que Nightshade podría descansar al haber recibido la última venganza al regresar como otra yegua que gobernaría su legado.